Tu duelo en las manos de Dios!

"No olvides que no hay retorno, al difunto no le aprovecha tu tristeza, y te harás daño a ti mismo". Eclesiástico 38, 21.

El Santo Espíritu nos ha dejado en la Sagrada Escritura recomendaciones para cada una de las situaciones que enfrentamos en nuestra vida. El luto o duelo por nuestros seres queridos que han partido a la eternidad debe también tener un sano equilibrio; descansar en el Señor y no dejarnos consumir por la tristeza que al fin y al cabo de nada nos sirve, por el contrario marchita nuestras emociones y nos provoca enfermedades.

Que las familias que pasan duelo, sean consoladas por el Señor. Llorar sí, sumirnos en la tristeza, nó. SHALOM.